No vuelvas a decir que estás mejor en el trabajo que en casa
Quien ha tenido que soportar un verano en Madrid, con días seguidos a más de 30 grados y sin lluvias, sabe que llegar a casa del trabajo puede convertirse en un infierno más que en un placer. Tener todas las persianas bajadas durante más de 12 horas al día e intentar refrescar el interior cuando anochece abriendo las ventanas, y dejando que pase el ruido también, puede ser una opción, aunque no garantiza nada.