Desde 2015, la normativa exige sustituir las viejas calderas de gas por estas más eficientes de forma paulatina. Esto también incluye a las calderas de combustión responsables de emisiones de nox, incluso aunque sean calificadas de “bajo nox”. Estas últimas pueden instalarse todavía, pero lo más probable es que en menos tiempo de lo que crees debas sustituirla.
Si tu caldera está dentro de su vida útil y funciona correctamente, no te afecta, pero si se ha estropeado y debes sustituirla tienes que hacerlo por uno de los nuevos modelos.
Esto se hace porque se busca reducir las emisiones de CO2 de los edificios, que en el caso de España, suponen el 60% de las que se lanzan a la atmósfera.